Sólo una unidad geriátrica para más de 300.000 mayores de 75

editor Equipo editorial última modificación 24/11/2010 15:42

Presentan múltiples patologías que deben tratarse de forma global pues se necesita priorizar ·· Sólo el Xeral Calde lugués cuenta con un servicio completo, que comprende la rehabilitación y el seguimiento domiciliario ·· Los profesionales trabajan en residencias privadas

"Persona de 80 años, con una insuficiencia cardíaca congestiva, un problema varicoso, que precisa una intervención de cataratas, es hipertenso, padece diabetes, osteoporosis y se ha fracturado una cadera, además de estar mal nutrido, presentar estreñimiento y pérdida de capacidades intelectivas y de memoria". Historias médicas como esta son habituales en mayores y su pluripatología necesita de una lectura global. Así lo afirma el presidente de la Sociedad Gallega de Geriatría, Andrés Vázquez, quien explica que "hay que priorizar en la atención a este paciente". "¿O lo tratamos de todo a la vez y le provocamos además problemas hepáticos?", se pregunta. "Quizás a alguien, antes que a un oftalmólogo, le convenga ir al podólogo porque eso es lo que le ha sentado en una silla de ruedas".

Las pluripatologías suelen mostrarse a partir de los 75 años, que superan 322.420 gallegos, según datos del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero del presente 2009. Estudios del Observatorio de Personas Mayores desvelan, además, que uno de cada tres gallegos mayores de 85 años -colectivo formado por 87.247 personas- ingresó alguna vez en el hospital y, además, esta franja de edad registra la tasa más alta de ingresos y altas.

No obstante, en la sanidad pública gallega sólo el hospital Xeral-Calde de Lugo cuenta con una unidad de geriatría. Comprende agudos, media estancia, hospitalización domiciliaria y consultas externas. El fin es tratar al paciente desde que llega al centro hasta que, una vez ya recuperado en su casa, se habitúa a su nueva situación y queda citado para revisiones posteriores. Al servicio del Meixoeiro de Vigo le falta cubrir los dos pasos intermedios, los de rehabilitación hospitalaria y atención en su vivienda. En el complejo hospitalario de Ourense trabaja un geriatra. El resto no tiene.

La Sociedad Gallega de Geriatría llama la atención sobre el hecho de que la mayoría de los profesionales especializados trabajan en residencias privadas y reclama su incorporación al sistema público. Incide, además, en que carecemos de equipos que evalúen a la población mayor para asesorar a los centros de salud del entorno.

"Lo que peor llevo es estar tanto tiempo sola"

La compostelana Jesusa Ferreiro, de 92 años, vive sola desde la muerte de su marido hace siete años
Jesusa Ferreiro es una de los alrededor de 350.000 mayores gallegos que viven solos o acompañados de otras personas de más de 70 años. Estas navidades hará 7 años que murió su marido y, con 92, se ve confinada en su casa del barrio santiagués de Vista Alegre. Operada de la cadera, sufrió una caída posterior en la cocina, por lo que depende de un andador y de una silla de ruedas. Sin hijos, con el tiempo se han ido espaciando más las visitas de sus sobrinos. "Tienen su vida y, claro, como esto se va alargando, se cansan", cuenta. Es la mujer de un sobrino, no obstante, quien le va al médico a por las recetas, le gestiona los recibos y la baña. A diario recibe también, durante dos horas, ayuda a domicilio del Concello. Pilar, la auxiliar, se ocupa de su aseo personal, le hace la cama, le va a la compra, le prepara la comida, le limpia, le hace la colada y, lo que es más importante, le da conversación. Agradece las visitas de las vecinas, con las que charla sentada en la puerta si hace buen tiempo, y espera con ansia a la voluntaria de la Cruz Roja que, una tarde por semana, la acompaña unas horas.

Jesusa es también uno de los 12.500 usuarios del servicio de teleasistencia en la comunidad. En una ocasión, avisó tras caerse de la cama y en otra llamó para que la llevaran al hospital por enfermedad. A veces se ponen en contacto con ella para preguntarle cómo está o si necesita ayuda pero, "por no molestar", no aprieta el botón aunque sepa que puede hacerlo simplemente para charlar un rato y eso que, su principal problema, afirma, "es pasar tanto tiempo sola".

Empleada en una casa a los once años y medio, Jesusa trabajó también en el servicio doméstico en Vilagarcía y después en Caracas. Se casó a su vuelta de Venezuela, y se quedó en casa. Como no cotizó, percibe una pensión de viudedad que "hay que estirar" porque no llega a los 600 euros. Es la situación en la que se encuentran 150.00 viudas gallegas, las que menos cobran de toda España con una media de 465,98 euros, según datos divulgados el pasado mes de octubre por el Ministerio de Trabajo. La media de las pensiones de jubilación es de 704,3 euros, también las más bajas del Estado.

SERVICIOS SOCIALES

La mitad del mínimo que marca la OMS

El geriatra Andrés Vázquez pone también de relieve la carencia de servicios sociales que presenta Galicia, donde no se cubre el 8% que la Organización Mundial de la Salud marca como mínimo en la protección de los mayores de 75 años. Los 12.500 usuarios del servicio de teleasistencia, por ejemplo, sólo representan el 3,87% del total de este grupo de población. Considera que también habría que duplicar la asistencia a domicilio y reclama su homogeneidad, de forma que no dependa de los ingresos de cada ayuntamiento pues son los rurales los más envejecidos. La red de proximidad, cuya finalidad es que los mayores continúen viviendo en su entorno, comprende además los centros de día, otros productos domóticos y programas como Xantar na Casa. Por último, señala que habría que incrementar notablemente las plazas residenciales .

LOS GALLEGOS

Fobia a la vejez pero dispuestos a cuidar

·· Los estudios sociológicos revelan que, aunque los gallegos tenemos fobia personal a envejecer, sobre todo en zonas urbanas, sí respondemos positivamente cuando se trata de cuidar a los mayores. De hecho, menos del 3 por ciento de nuestros mayores acaban sus días en instituciones gerontológicas, lo que significa que el 97 por ciento restante, sean solos o acompañados, no tienen que abandonar su entorno social. Es el ámbito rural el más proclive a cuidar a sus mayores y son las mujeres quienes asumen esa carga en un 97 o un 98 de cada cien casos. Los índices son parecidos en el resto de España y los países mediterráneos .

 

23/11/2009

El Correo Gallego.es

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