Comentarios de Unidad 3. Ganar en Salud. Un enfoque positivo de atención a la cronicidad

Lectura 5 (Opcional): "Abordaje de las desigualdades desde Atención Primaria"

Como reconoce y viene impulsando la OMS, el papel de los Servicios de Salud, y en especial el conjunto de profesionales de Atención Primaria, es fundamental en el mantenimiento y mejora del estado de salud de la población. Situados en el entorno más próximo a la ciudadanía, tienen la posibilidad de actuar sobre los DSS a través de la puesta en marcha de programas de promoción de salud y de prevención.

El papel de los servicios de atención primaria en la reducción de las causas generales de las desigualdades es bastante limitado - como se puede deducir de lo visto hasta ahora -, pero sí puede ser muy significativo a nivel local. Las actuaciones que se pueden desarrollar en los centros de salud para reducir desigualdades pueden ser muy diversas: adaptaciones lingüísticas para grupos de personas inmigrantes, medidas para la mejora de la accesibilidad a los servicios, coordinación con entidades y recursos socio sanitarios locales, etc.

En la actualidad hay algunos aspectos sobre los que, en general, se está haciendo especial énfasis. Uno de ellos tiene que ver con la reorientación de los servicios hacia una atención más integral de la persona. Starfield ([5]) señala como un cambio del enfoque centrado en la enfermedad (biomédico) por un enfoque centrado en la persona es más eficaz en el abordaje de las desigualdades, porque las personas socialmente más desfavorecidas tienen mayor probabilidad de enfermar y de que las enfermedades ean más graves, de mayor comorbilidad y complicaciones, y finalmente tienen una mayor probabilidad de efectos adversos como resultado del incremento del número de intervenciones.

Algunas medidas se pueden tener en cuenta, si al menos conocemos que en el uso de los servicios de salud se pueden producir desigualdades entre grupos socioeconómicos. Se ha descrito tanto el fenómeno de que las personas que más acuden a los servicios no son las que más lo necesitan (ley de atención inversa), como que la gente que acude a servicios preventivos o adopta conductas saludables son las que mejor salud tienen (ley de prevención inversa). Por otra parte, se ha podido observar que la excesiva fragmentación de la atención sanitaria es una amenaza para la continuidad asistencial, siendo de nuevo los grupos con menos recursos socioeconómicos los más perjudicados. Parece demostrado que las clases sociales desfavorecidas utilizan en mayor proporción los servicios de atención primaria y los servicios de urgencias, y que las clases más favorecidas utilizan con mayor frecuencia la atención especializada.

Como reconoce y viene impulsando la OMS, el papel de los Servicios de Salud, y en especial el conjunto de profesionales de Atención Primaria, es fundamental en el mantenimiento y mejora del estado de salud de la población. Situados en el entorno más próximo a la ciudadanía, tienen la posibilidad de actuar sobre los DSS a través de la puesta en marcha de programas de promoción de salud y de prevención.

El papel de los servicios de atención primaria en la reducción de las causas generales de las desigualdades es bastante limitado - como se puede deducir de lo visto hasta ahora -, pero sí puede ser muy significativo a nivel local. Las actuaciones que se pueden desarrollar en los centros de salud para reducir desigualdades pueden ser muy diversas: adaptaciones lingüísticas para grupos de personas inmigrantes, medidas para la mejora de la accesibilidad a los servicios, coordinación con entidades y recursos socio sanitarios locales, etc.

En la actualidad hay algunos aspectos sobre los que, en general, se está haciendo especial énfasis. Uno de ellos tiene que ver con la reorientación de los servicios hacia una atención más integral de la persona. Starfield ([5]) señala como un cambio del enfoque centrado en la enfermedad (biomédico) por un enfoque centrado en la persona es más eficaz en el abordaje de las desigualdades, porque las personas socialmente más desfavorecidas tienen mayor probabilidad de enfermar y de que las enfermedades ean más graves, de mayor comorbilidad y complicaciones, y finalmente tienen una mayor probabilidad de efectos adversos como resultado del incremento del número de intervenciones.

Algunas medidas se pueden tener en cuenta, si al menos conocemos que en el uso de los servicios de salud se pueden producir desigualdades entre grupos socioeconómicos. Se ha descrito tanto el fenómeno de que las personas que más acuden a los servicios no son las que más lo necesitan (ley de atención inversa), como que la gente que acude a servicios preventivos o adopta conductas saludables son las que mejor salud tienen (ley de prevención inversa). Por otra parte, se ha podido observar que la excesiva fragmentación de la atención sanitaria es una amenaza para la continuidad asistencial, siendo de nuevo los grupos con menos recursos socioeconómicos los más perjudicados. Parece demostrado que las clases sociales desfavorecidas utilizan en mayor proporción los servicios de atención primaria y los servicios de urgencias, y que las clases más favorecidas utilizan con mayor frecuencia la atención especializada.

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