Comentarios de Unidad 3. Ganar en Salud. Un enfoque positivo de atención a la cronicidad

Lectura 9 (Opcional): "Antonovsky, salutogénesis y el concepto de resiliencia"

Antonovsky centró su modelo en torno a dos conceptos: el “sentido de coherencia” (Sense Of Coherence [SOC]) y el “recurso general de resistencia” (General Resistance Resources [GRR])(2). El SOC está compuesto por 3 dimensiones, que son la comprensibilidad, la manejabilidad y la significatividad. Tener un SOC fuerte permite a las personas ver la vida como algo coherente, comprensible, manejable y significativo, otorgándole una confianza y seguridad interiores para identificar recursos dentro de uno mismo y en su entorno inmediato, una habilidad para utilizar y reutilizar estos recursos de forma promotora de la salud. Las 3 dimensiones interactúan unas con otras, pero lo más importante es el factor motivacional o de significatividad. Eriksson y Lindström lo definen como un recurso que capacita a las personas para gestionar la tensión, reflexionar sobre sus recursos internos y externos, identificarlos y movilizarlos con la finalidad de encontrar soluciones para conseguir un afrontamiento con éxito, de una forma saludable (3).

Muy vinculado a los Activos es el concepto de RESILIENCIA, término que se refiere a la capacidad de las personas para sobreponerse a experiencias de dolor emocional y traumas, e incluso resultar fortalecido por éstos. El concepto de resiliencia se corresponde aproximadamente con el término “entereza”.

Una de las pioneras en desarrollar este concepto fue Emmy E. Werner, psicóloga del desarrollo infantil, que realizó un estudio a lo largo de cuarenta años con 698 bebés en la isla hawaiana de Kauai. El estudio apoya la idea convencional de que muchos niños y niñas expuestas a los factores reproductivos y ambientales de riesgo (por ejemplo, el nacimiento prematuro, junto con un hogar inestable y una madre con enfermedad mental), van a experimentar más problemas con la delincuencia, la salud mental y física y la estabilidad de la familia de los niños expuestos a un menor número de factores de riesgo. Sin embargo, los resultados que se obtuvieron fue que un tercio de todos los niños y niñas de alto se convirtieron en personas adultas de confianza, competentes y seguras a pesar de su historia de desarrollo problemática. Werner y sus colegas investigadores identificaron una serie de factores de protección en las vidas de estas personas resilientes que ayudaron a equilibrar los factores de riesgo en los períodos críticos de su desarrollo. Entre estos factores fueron un fuerte vínculo con una persona cuidadora (familiar, niñera o profesor) y la participación en un grupo de la iglesia o de la comunidad.

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