Comentarios de La promesa de la genómica, la robótica, la informática y las nanotecnologías (GRIN)

Resumen

¿Han llegado los humanos a un momento decisivo en su proceso evolutivo? ¿Han estado preparando a lo largo de toda su historia el camino a los avances que les permitirán superar o erradicar enfermedades antes incurables en este siglo? ¿Alcanzarán la inmortalidad a finales del siglo XXI?

El enfoque “científico” del conocimiento acerca de cuerpo humano empezó durante el Renacimiento, con la observación de la anatomía inanimada en las mesas de disección, para pasar al conocimiento del funcionamiento de los órganos y, más adelante, de los tejidos, de las células y sus orgánulos, para llegar, finalmente, a descifrar el código del DNA, lo que abrió las puertas a una nueva era de prometedoras tecnologías que permiten la manipulación de nuestros cuerpos a nivel molecular. Este mismo proceso se ha dado en otros campos, de forma que la realidad se ha ido descomponiendo gradualmente hasta sus elementos más básicos. Aún está por ver si este proceso de “desmantelar” nuestros cuerpos de manera progresiva se traducirá en una salud duradera, o incluso, en la inmortalidad, como indican algunos científicos destacados.

Independientemente de a dónde nos conduzca la revolución científica actual, se están haciendo importantes esfuerzos para vencer las enfermedades crónicas aprovechando las posibilidades de la genómica, la robótica, la infonomía y la nanotecnología. Este cuarteto tecnológico, también conocido como GRIN, está haciendo que hordas entusiastas de innovadores estén dedicando sus energías y fondos a la ingeniería inversa de la existencia, trabajando para conseguir la reconstrucción artificial de nosotros mismos. Dentro de este gran campo de integración, al que muchos denominan la “gran convergencia tecnológica del siglo XXI”, se encuentran muchas colaboraciones que pueden ser útiles para luchar contra las enfermedades, especialmente, contra las que se consideran incurables y crónicas en la actualidad. Estas tecnologías constituyen también una promesa de dar una nueva forma al destino de nuestra especie.

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