Comentarios de Implicaciones socioeconómicas
¿Qué estrategias podrían acortar las distancias?
Dados los potencialmente devastadores efectos que las enfermedades crónicas múltiples podrían tener sobre la economía y sociedad en conjunto, se necesitaría desarrollar y llevar a cabo políticas decisivas para facilitar la transformación de los servicios sociales y sanitarios existentes. Tales políticas deberían, al menos, hacer más fácil la tarea de cubrir las lagunas identificadas en todos los capítulos precedentes, con una especial atención a:
- El control eficaz de la incidencia, grado de presencia e impacto de las enfermedades crónicas múltiples (Capítulos 1 y 2).
- Iniciativas audaces en la prevención de las enfermedades y promoción de la salud en todos los niveles (Capítulo 3).
- La ejecución de modelos innovadores para la gestión de enfermedades crónicas múltiples, fomentando la dirección de primera línea y la innovación vertical (Capítulo 4).
- La adaptación de los existentes servicios sanitarios y sociales para promover la óptima integración y coordinación de papeles, flujos de trabajo y procesos en todos los niveles (Capítulo 6).
- La minimización de sufrimiento innecesario y la optimización de servicios de apoyo para pacientes y sus cuidadores a lo largo de toda la evolución natural de las enfermedades crónicas múltiples, particularmente en las últimas etapas de la vida (Capítulo 7).
- Estrategias para involucrar a los pacientes con múltiples enfermedades crónicas y a sus cuidadores en programas eficaces de autocuidado (Capítulo 5), desmedicalizando así su atención en la medida de lo posible (Capítulo 8).
- Alcanzar estas metas no será tarea fácil. De hecho, podría alegarse que la lenta naturaleza del proceso de elaboración de políticas y la resistencia al cambio, que perdura en todos los niveles del sistema sanitario, interpondrán o supondrán serios obstáculos a nuestra capacidad de introducir los cambios radicales precisos para asegurar que los pacientes con enfermedades crónicas múltiples puedan alcanzar una óptima calidad de vida sin llevar la economía a la bancarrota.
Todavía no se ha tomado decisiones a este respecto. Esperemos que se tenga la previsión y el coraje necesarios para lograr: una colaboración fructífera entre el gobierno, las instituciones académicas, el público y la industria; un trabajo de investigación y desarrollo riguroso y multidisciplinario; una eficaz movilización y gestión del conocimiento, y la suficiente voluntad política para alcanzar unos desafíos sin precedentes, como consecuencia de mantenernos cada vez más con vida el tiempo suficiente para ir acumulando enfermedades crónicas múltiples.